Posted by : Antonio Ariza
lunes, 17 de junio de 2013
Bueno, buenas tardes, se que nuestro blog trata de temas de tecnología y de ciencia, pero hoy hemos querido volvernos algo reflexivos y hablar sobre un tema que esperemos que os guste a todos:
La coeducación un mundo soñado por todos, en lo que las personas distintamente del sexo se nos trata por igual. Una palabra de 11 letras que intenta reflejar lo que en un pasado se consideraba imposible, lo que tantos años y aún hoy no hemos conseguido, que a mujeres y hombres se nos trate en igualdad de condiciones. Una palabra que ha generado una infinidad de luchas y revoluciones en contra del machismo y del sexismo. Una palabra que sin nuestra ayuda se queda solo en eso, en una palabra más del diccionario cuyo uso es el mismo que el de un reloj sin pilas. Y es que desde tiempos inmemorables a las mujeres se le ha tratado como a un objeto que solo sirve para la reproducción y como mucho las tareas de la casa. Pero esto no se pudo consentir, las mujeres eran iguales que los hombres y los hombres igual que las mujeres, tenían que tener los mismos derechos. Ellas tenían la misma voz que ellos, para ello salieron a la calle en protesta de lo que ellas sabían que tenían pero que no se les daba: DERECHOS. Como es el caso de la revolucionaria francesa Olympe de Gouges que dio un paso de gigante en cuanto a derechos y leyes tenía una ciudadana. Gracias a las mujeres valientes como esta que no se escondían y que se revelaban contra lo que era suyo hoy en día podemos hablar de coeducación e igualdad.
Pero no es oro todo lo que reluce. Todavía hoy en día se siguen dando casos de mujeres por culpa de la religión o de sus creencias son en la casa menos que un perro o gato. Casos de mujeres amargadas y podridas por dentro por culpa de sus maridos que las queman por dentro dejando solo el resto de un cuerpo que no tiene fuerza por si sola y que un día acabará por consumirse al igual que se consume una vela. No me malinterpretéis no vengo a hablar del maltrato, vengo a hablar de lo que provoca la mala educación de los niños y niñas desde que son pequeños. Vivimos, aunque cada vez menos, en un mundo de hombres dónde las mujeres no tienen el poder de los mismos, donde las decisiones las toman los hombres, donde las mujeres cobran menos por su sexo, donde las embarazadas no tienen derecho a trabajar y donde los discapacitados no tienen un hueco por miedo al rechazo. Pues sí amigos este es nuestro mundo, el mundo de todos y no de todas, el mundo que un pasado estaba podrido, ese mismo mundo que llora cada vez que se muere una mujer gracias a hombres cobardes que se esconden bajo el manto oscuro como es la fuerza y cuyas palabras son puñales que se clavan en el pecho de sus mujeres. Tristemente este es nuestro mundo.
Pero, ¿por qué esto? El problema de esto viene desde que somos pequeños o incluso antes. Antes de nacer nuestros padres nos pintan la habitación de rosa si es niña o azul si es niño. ¿Por qué se asemeja el azul al niño y el rosa a la niña? Es algo que nunca he comprendido, si te gusta el rosa y eres niño ¿Por qué te llaman “marica” o “niñita”? Siempre lo digo puede que tú seas el “marica” o la “niñita”. Y si lo soy ¿qué pasa? ¿Acaso no vivimos ya en un mundo bastante enriquecido culturalmente donde lo que importa es el amor y la afectividad y no el tipo de sexo? Maduremos como personas y abramos nuestras mentes a algo tan bonito como es la cultura.
Esto en su mayoría viene provocado por la sociedad machista en la que vivimos. Pongamos otro ejemplo cuando hemos crecido se nos empieza a inculcar a que y que no tenemos jugar y con quien y quien no debemos jugar. Algo que me parece intolerable. Para los chicos el fútbol y para las niñas las muñecas. Y jugar como no niños con niños y niñas con niñas. Eso es algo que a todos nos ha pasado y que como no teníamos uso de la razón pues actuábamos según se nos enseñaba. Estaba el caso del niño que jugaba a las muñecas y como no era acusado de “mariquita” y la típica niña más rebelde que le encantaba jugar con los niños y como no era acusada de “marimacha”. Son ejemplos muy fáciles y en lo que se ve claramente nuestra manera de pensar y de actuar que no es la más razonable pero es, según muchos, la más “correcta”. Este idealismo viene en primer lugar precedido por los padres que son los encargados de inculcar estos “valores” a sus hijos o hijas por miedo al rechazo que puedan recibir de cara a la sociedad. Otro gran causante ha sido a día de hoy los medios de comunicación como es la tele en la que se muestra una imagen irreal de lo que simboliza la mujer como es el deseo y la atracción sexual y una imagen del hombre que se muestra como una persona fuerte capaz de atraer a las chicas de manera que caigan rendidas. Y por último y no menos importante es la sociedad la que provoca en sí que se escondan todos nuestros verdaderos sentimientos por miedo al ser apartado de grupo o tachado de diferente y “rarito”.
Desde que son pequeñas las niñas ya se comienzan a desenvolver en la vivienda primero limpian los platos, continúan barriendo, siguen fregando, después cuidan a sus hermanos y por último hacen la comida. Cuando quieren darse cuenta son ellas las que hacen todo en la casa y cuando digo todo es todo. Creo que si somos un poco conscientes de la situación podríamos ayudar de alguna manera a que esto no suceda pues aún con nuestra ayuda todavía a en el mundo existen mujeres con el inculcado y famoso prototipo de “mujer”. Esa que no descansa, la que no sale de casa, la que cuando su marido viene de trabajar le pone de comer y le recoge la mesa, la que cuida de los niños y ayuda en sus tareas escolares, esa mujer incansable… A eso no se le puede llamar mujer. Algo tan fácil como el ayudar en casa ya quitaría algo, no lo suficiente pero tan solo hay que fijarse en grandes monumentos como la torre Eiffel, el coliseo romano, el Escorial e incluso la Sagrada Familia. Son grandes monumentos sí, pero en algún momento una persona tuvo que colocar el primer adoquín, la primera piedra o la primera vara de hierro. Por ello necesitamos la ayuda de todos por pelear por la igualdad porque no es una pelea de mujeres y de hombres, es de todos y nos afecta a todos y todas por igual.
Pero la gente que lea esto dirá, está muy bonito criticar a las personas pero ¿para que me sirve lo que me has dicho si este documento posiblemente no pase por más de 2 manos y no se quedara en más que un trozo de papel tintado que después se reciclara o tirara a la papelera como se expulsan los desechos al váter? Será en ese momento en el que diga: “¿No se hizo el mundo en millones de años? ¿Acaso si se pierde una batalla se da por perdida una guerra? ¿Se puede acaso ganar la lotería sino se compra un boleto? Pues con esto querido amigo pasa lo mismo, con leerlo una persona he aportado mi preciado granito de arena que posiblemente solo quede en eso un granito de arena en un mundo de grandísimas extensiones pero ya he ganado algo y es que con este texto he aportado una reflexión humana capaz de hacer reaccionar y pensar a la persona que lo lea, aunque solo sea una persona, lo que en realidad significa para mí algo tan fácil de conseguir y que a tanto años luz está como es la COEDUCACIÓN. Sin darte cuenta te he dado un punto de vista que hasta hace un rato no tenías. Un punto de vista desde la sinceridad que a veces es sin dudarlo la mejor compañera. El que tú hayas leído esto me llena de satisfacción, una satisfacción que hace que me encuentre tremendamente orgulloso y provoca que mi conciencia se encuentre mucho más tranquila. ¿Qué sería de un texto sino se tiene una opinión? Sería algo muy absurdo, pues das a conocer al que lee que lo que él ya sabía y quería escuchar. Sin dudarlo nos quedan muchas batallas por ganar para definitivamente acabar con la guerra del machismo y el sexismo”. Para finalizar quisiera hacer una última reflexión que define la igualdad entre hombres y mujeres: “Una mujer es como una muñeca, puedes vestirlas, puedes desvestirlas, puedes jugar con ellas, pero recuerda un verdadero hombre no juega con muñecas”.