Posted by : Antonio Ariza
lunes, 17 de junio de 2013
Escuchamos hablar de salud y no sabemos a que nos referimos exactamente...
La salud, un concepto muy difícil
transformado a lo largo de la vida. ¿No tener enfermedades implica tener una
buena salud? Hacia la Edad Media el concepto de salud era sinónimo de persona
que no poseía ningún tipo de enfermedad ni afección (algo muy raro pues el
índice de de mortalidad por enfermedades hoy curables con un simple antibiótico
era muy elevado). Esa imagen que tenemos de todos en nuestras retinas de
personas tirando los desperdicios o las aguas sucias por las ventanas, nos hace
ver los hábitos de salud tan fatales que se tenían por aquellos entonces. Totalmente
insalubres. Pero, no es hasta la creación de una red de alcantarillado y como
no de la gran invención de Fleming, la penicilina que dio un salto de gigante
para el posterior descubrimiento de los antibióticos modernos, cuando
comenzamos a caminar hacia el futuro. Esto combinado con una progreso en la
mentalidad de la población, dieron como resultado lo que hoy conocemos como
concepto de salud.
Según la OMS, definió (en la Carta Magna) que
la salud es “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
únicamente como la ausencia de afecciones o enfermedades”. Es decir que no solo
interviene la parte física de nosotros sino también la psíquica. Pero, en esta
globalización que se está dando cada segundo que pasa ¿podríamos hablar de
salud? Mi respuesta sencillamente es un no rotundo, pero para ello daré mi
punto de vista y vosotros opinaréis. Empecemos con un factor directamente
relacionado con la salud, la alimentación. Un proceso fácil pero a la vez
traidor, que también está relacionado con nuestra mentalidad. Tras la posguerra
española, en España se dio uno de los episodios de hambrunas más grandes jamás
vividos. Mucha gente murió de hambre y es que el comer era considerado un lujo.
Ahora contrastemos el otro polo totalmente opuesto, la obesidad. Aunque nuestra
dieta mediterránea sea considerada una de las mejores del mundo, seamos
sinceros ¿Quién no come hamburguesas, salchichas, pizzas y demás consideradas
como comida rápida o “fast food”? Esto viene derivado por una globalización
general que está destruyendo parte de nuestra alimentación, dejando solo a
niños obesos, que no se pueden ni mover y padres principales artificieros de
que el niño este gordo, le dan todo lo que quieren cuando quieren sin ningún
tipo de pega. ¿Eso es educar a un niño? Pues no, pero cada casa es un mundo y
yo desde aquí no puedo hacer nada. ¿Dónde queda es plato de lentejas con
chorizo que te da energía para levantar un camión?, ¿ese cocido que te llena la
barriga y no permite moverte? Una tostada de aceite con tomate o un buen
pescado. Todo esto ya es pasado. Un dato relevante, en 2010 alrededor de 40 millones de niños menores de cinco
años tenían sobrepeso. Creo que no hay más que hablar. Pero no solo es la
alimentación la que influye en la salud…
Otro segundo gran problema de la humanidad, las drogas. No
hablo de drogas solo refiriéndome a cocaína, heroína, caballo, porros, etc. Me
refiero a dos de las más peligrosas y que siempre están ahí, aparentemente
inofensivas pero con un potencial incalculable. Si, ya sabéis cuales son, el
tabaco (dichoso tabaco) y el alcohol.
Baratas y atractivas para la juventud. ¿Quién no ha pillado una buena
borrachera alguna vez en su vida? Todo el mundo alguna vez ha pillado aunque
haya sido solo una. Y bueno tal vez una vez, pues lo dejas pasar y ya está pero
el problema de la sociedad hoy en día es mucho más gordo. El adolescente o
joven (desde 14 años) cuando sale un fin de semana no va a pasárselo bien, va a
pillar una cogorza y después que sea lo que quiera. Ahí es donde está el
problema en ese acomodamiento de la sociedad en la que vivimos, que se ve muy
alterada por absurdas modas que no son más que una manera de atraer al usuario
para que compren sus productos. El alcohol puede llegar a ser un problema muy
gordo, provocar enfermedades relacionadas con el hígado, depresiones y como
cualquier otro producto una gran dependencia. Y es que el alcohol ha destruido
muchas relaciones, ha arruinado a personas y también ha provocado muchas
muertes. Lo mismo pasa con el tabaco aunque (según mi opinión) con menos poder
que el alcohol aunque es cierto que la persona que se acostumbra a tomar un
cigarrillo, acabará por caer en las garras del tabaquismo, produciéndole una
total dependencia del mismo y un estado de malestar cuando no está
consumiéndolo. Es por ello que una persona no debe guiarse por la sociedad que le
rodea sino por el uso de su razón que nunca le fallará. Por último aunque ya en
un segundo plano tenemos hábitos malos como son el descanso, que cada vez es
menor porque con la invención de redes sociales y de atractivos aparatos
tecnológicos, tenemos el perfil de “niño-pantalla” Ese niño que no se mueve de
la silla delante de un portátil, una televisión o un aparato móvil (tal vez el
arma más destructiva jamás inventada). Esa dichosa aplicación el whatapps, de
la que todo el mundo habla y que permite a le gente estar tan enganchada (me
incluyo dentro del mismo). Esto no es para nada salubre y puede derivar a la
larga en problemas más importantes como son la obesidad o la falta de
relaciones interpersonales. Lo único positivo que podríamos sacar de lo malo,
es la destreza de los dedos que es increíblemente impresionante.
Os habéis fijado que no he hablado de factores positivos para
la salud, pero creo que están más que aprendidos y cada uno de nosotros sabe
perfectamente lo que tenemos que hacer y en qué momento hacerlo.Por ello si
queremos cambiar esto lo único que podemos hacer es poner un poquito de nuestra
parte y ayudar a que esto no pase y que podamos hablar de una dichosa vez de
salud.